Сила заботы: почему чувство защищённости важно для каждого

El sentimiento de seguridad es una de las necesidades humanas más importantes. Todos nosotros, sin importar la edad o las circunstancias, queremos saber que hay alguien cerca, dispuesto a apoyar, escuchar nuestro grito de ayuda y sostenernos en momentos difíciles. La protección no es sólo un muro o una puerta blindada, sino la certeza de que en momentos complicados no estamos solos y siempre habrá alguien capaz de ayudar, entender o simplemente sentarse tranquilamente a nuestro lado cuando más lo necesitamos.

Cuando esta necesidad no está satisfecha, una persona siente ansiedad, inquietud e incluso miedo — así es como se siente Polina. En esos momentos, el mundo parece inmenso y frío, y hasta las cosas habituales pueden asustar: el timbre de la clase, la mirada de un compañero, una palabra brusca de un profesor. A veces, parece que pedir ayuda da miedo. Todo se vuelve afilado y punzante, como el cristal helado al que no puedes tocar.

Pero he aquí algo importante: incluso cuando parece que no hay apoyo, el simple hecho de tener la posibilidad de pedir protección puede ser el primer paso hacia el alivio. Basta con extender la mano — aunque sea a través de un mensaje, como hizo Polina — y, a menudo, resulta que no todos son indiferentes. Así como puedes contar con un paraguas durante la lluvia, también puedes buscar personas, organizaciones o incluso servicios en línea que brinden apoyo en los momentos difíciles. La protección es un esfuerzo colectivo, apoyo con palabras o acciones y, a veces, simplemente la sensación de que alguien te cuida. Como en la infancia — cierras los ojos bajo la manta después de una pesadilla, tu madre te abraza y, de repente, los monstruos debajo de la cama resultan ser sólo calcetines perdidos durante la limpieza.

El beneficio de sentir seguridad en la vida es enorme. Cuando nos sentimos a salvo, la ansiedad pasa a segundo plano, el estrés disminuye, la mente se aclara y tomar decisiones se hace más fácil. Aparece la energía para avanzar, enfrentar dificultades e incluso crecer personalmente. Es como si de pronto apareciera un cojín de seguridad fiable cerca, al que puedes apoyarte si la vida decide darse la vuelta de repente (o, por ejemplo, si un examen sorpresa de álgebra te toma desprevenido otra vez).

Cada vez que nosotros o alguien cercano se siente desprotegido, es importante recordar: pedir ayuda no es señal de debilidad, sino una manifestación de fortaleza. Y si alguno de nosotros hoy tiene un mal día, el corazón tiembla y quisiéramos escondernos — significa que el cuerpo está enviando una señal: se necesita cuidado y protección aquí y ahora. En esos momentos, es especialmente importante no cerrarse, sino dar un paso al encuentro: hablar con seres queridos, acudir a un especialista, o encontrar un grupo de apoyo.

Todo puede mejorar, especialmente donde hay apoyo y cuidado. La seguridad es como el ajuste básico por defecto, sin el cual es difícil hacer cualquier cosa. Pero cuando nos sentimos protegidos, la vida se ve más colorida, aparecen fuerzas y hasta la escuela a veces parece menos aterradora: porque si es demasiado difícil, al menos se puede bromear — "¡Declaro estado de emergencia: té y galletas de inmediato en la sala número... ‘mi estado de ánimo’!".

Recuerda: pedir protección es normal. Y estar protegido es una sensación que devuelve la luz incluso en el día más oscuro. Que todos puedan sentir ese calor — y disolver su ansiedad en él.