Островки уверенности в шторме перемен
La necesidad de seguridad y certeza es uno de los ejes más importantes de nuestra estabilidad interior. Por sorprendente que parezca, el deseo de sentir el suelo firme bajo los pies nos es familiar a todos: después de todo, cada uno de nosotros al menos una vez se ha sorprendido pensando que ojalá el mundo dejara de tambalearse por un rato, y que los acontecimientos pudieran preverse y controlarse. La confianza es ese "núcleo invisible" que nos sostiene, incluso si afuera cae la noche y nuestros pensamientos revolotean de un lado a otro como mariposas en un frasco.Cuando esa confianza falta, la vida se parece un poco a un viejo paraguas abierto en el viento: se supone que debería protegerte, pero en realidad solo golpea y asusta a los transeúntes. Empezamos a sentir ansiedad y cansancio, nos cuesta concentrarnos, surgen pensamientos desagradables como "nada va a salir bien" o "no controlo mi vida". Incluso un pequeño fracaso o un nuevo desafío pueden parecer una montaña enorme: solo quieres sentarte en el suelo, abrazarte y esperar que todo... termine de una vez.Pero aquí viene la buena noticia: ¡la necesidad de certeza no es una enemiga, sino una aliada! No solo nos señala que necesitamos orden y tranquilidad, sino que también nos sugiere cómo crearlos. Lo más sencillo es establecer pequeños rituales: tomar el té favorito por las mañanas, dar una breve caminata alrededor de la casa, anotar un par de cosas buenas del día en una libreta (aunque sean garabatos, pero tuyos). Estos “puntos de apoyo” contribuyen a la sensación de que, aunque afuera haya tormenta, dentro de casa todo sigue igual: el té está caliente, los calcetines secos y tu taza favorita en su sitio.La principal ventaja de la confianza es que reduce la tensión interna, ayuda a ver los problemas con más calma y no considerar cada vaivén como presagio de desastre. Cuando aprendemos a encontrar y crear estas pequeñas islas de estabilidad, la vida se vuelve más amable y sencilla. Empezamos a creer que incluso las noches más difíciles algún día serán reemplazadas por la calma, y que la ansiedad —por más fuerte que sea— no puede anular la taza de café de la mañana ni el golpeteo del gato en el corredor.Y aunque no siempre podamos controlarlo todo (incluso si eres un maestro de las listas de control y tu perro entrega informes mejor que tu jefe), puedes encontrar apoyo en las cosas simples: la rutina, los seres queridos, tus propios pequeños logros. Y si las cosas se ponen realmente difíciles, recuerda que incluso las nubes más oscuras tarde o temprano se empapan y se van, y las tormentas se acaban. Como le gusta decir a mi amigo: "Si te dan ganas de esconderte bajo la manta, ¡eso ya es una estrategia, no un signo de debilidad!"Al fin y al cabo, la confianza y la certeza no son una varita mágica, sino más bien un sillón acogedor: a veces solo tienes que sentarte, recargar energías y darte tiempo. Y entonces de repente volverás a tener la sensación de que el mundo se sostiene sobre patas firmes, aunque al principio solo sean tres, como las de un taburete. Pero incluso en él se puede uno acomodar, ¿verdad?Así que, incluso si parece que gran parte de la vida es una lucha contra el caos, recuerda: la estabilidad comienza con pequeños pasos. La confianza no se va para siempre; sabe regresar —solo tienes que invitarla.